¿PRÍNCIPE O MENDIGO?

"Diario de una pasión", "Cómo perder a un hombre en 10 días", "Mujer bonita" "10 cosas que odio de ti", "Posdata: te amo", "A él no le gustas tanto", "La propuesta", "Letra y música", "De amor y otras adicciones" y "Querido John" son algunas de mis películas favoritas. Lo sé, lo sé, la mayoría -o todas- son súper chick flick, románticas y cursis, es que ¿a quién no le gusta ver en pantalla una linda historia de amor? Al menos a mí me encanta y me hacen pensar en si existirá, acaso, el hombre perfecto. 

Creo que todas nos hemos planteado esa pregunta, aunque eso no implica que hayamos encontrado la respuesta o al menos no del todo. Pensar en un hombre perfecto nos puede remontar a la idea que nos hemos hecho de lo que "se supone" debe ser o tener un hombre para ser catalogado como "el hombre ideal", ese hombre con el que queremos compartir nuestra vida. 

Y es que vamos, desde que somos niñas vemos la imagen del típico "príncipe azul". En la mayoría de las películas de princesas existe ese príncipe -perfecto o casi perfecto- que desde el primer momento en que ve a la princesa queda perdidamente enamorado de ella -amor a primera vista, claro- luego, algo ocurre que el príncipe debe rescatar a la “damisela en peligro” y va a luchar contra todo obstáculo por su amor para poder casarse con ella, obteniendo así su "happily ever after". Pero, seamos honestas… ¿neta ese es el tipo de historia de amor que queremos?

Es que, además, ¡eso no es todo! Los cuentos de princesas NO son los únicos que nos han marcado una pauta del "hombre ideal", ¡NO!... he ahí las películas, las telenovelas, las series de televisión, etc. que hasta la fecha nos siguen marcando la línea de “hombre ideal”. Podrán decirme que actualmente esa idea esta cambiando -lo cual esta increíble- pero hay historias que nos marcaron… que no cambian. Digo, ya les dije que yo soy la más fan de las películas románticas melosas, pero creo que es importante que pensemos que eso que vemos en pantalla esta basado en un guión, que esos diálogos tan espectaculares son el resultado de libretos y que esas personas tan "perfectas" solo están interpretando a un personaje para entretenernos... lo cual agradezco, porque ¡me encantan! Pero tenemos que distinguir entre la fantasía y la realidad, ver las cosas como son...

La versión de "princesa" y de mujer que nos muestran la mayoría de las producciones es de una mujer indefensa que requiere de la protección y cuidado de un hombre... algo que, al menos yo no quiero. O sea, no es que no quiera encontrar a alguien con quien compartir mi vida, sino que no quiero ser rescatada por nadie, no quiero estar dormida más de la mitad de la película y perderme de toda la "acción", no quiero que se me limite mi forma de ser o expresar por el hecho de ser mujer, no quiero que me digan "no hagas eso porque es peligroso"... ¡NO! Por el contrario, quiero que me digan "vamos a hacerlo juntos, porque sé que puedes, que podemos y que no importa cuan peligroso o riesgoso sea, sé que lo lograremos porque estamos juntos" ¡Ay, pero que bonito! Ahora entiendo porque mi princesa favorita es Mulán... jajaja

Como ya leyeron, no me cuesta pensar qué es lo que NO quiero en alguien... por algo debía empezar ¿no? Y es que creo que nos puede llegar a resultar más fácil pensar eso primero, porque pensar ¿qué queremos en una pareja? implica asumir las expectativas que tenemos y, sobre todo, implica reconocer qué estamos dispuestos nosotros a dar en una relación. ¡Claro! ¿Qué pensaban que el único que debía cubrir ciertas cualidades o expectativas era la otra persona? ¡Pues no! jajaja, también nosotros debemos asumir nuestro papel en una relación, porque lo que estas pidiendo que tenga o haga la otra persona es algo que también debes estar dispuesto a dar o hacer... en una relación no podemos exigir por exigir, es decir, no podemos solo pedir por el hecho de ser nosotros y estar bonitos. 

Por lo que ahora te pregunto, ¿tú que buscas en un hombre o en la persona con la que quieres construir una relación? Piensa más allá del físico, que sí... puede que tengas cierta predilección por cierto tipo de características: altura, tipo de cabello, color de ojos, etc... lo cual no esta mal, ¡vamos! creo firmemente que para decidir, siquiera, salir con alguien te debe atraer físicamente algo de esa persona: manos, ojos, cabello, piernas, brazos, espalda, inserte aquí característica (échale, lo que gustes jajaja) pero también creo fielmente que eso no lo es todo y que el aspecto físico no define por completo a una persona. 

Pensemos en cualidades y en la forma de ser de la persona con la que queremos compartir nuestro tiempo. En mi caso, luego de mi exitosa vida amorosa jaja, logré definir qué es lo que quiero en alguien, sé que la siguiente persona con la que inicie una relación debe ser alguien que esté -en toda la extensión de la palabra- porque el hecho de "tener una relación" no implica que esa persona se haga y te haga parte de su vida. Además, entendí que quiero a alguien que no se llene de pretextos para vernos, vamos no pido que me dedique el 100% de su tiempo porque todos tenemos cosas que hacer, pero si que muestre interés en compartir tiempo y experiencias conmigo, quiero a alguien que quiera construir y trabajar en una relación y quiero eso porque es algo que yo estoy dispuesta a dar... ¿tú qué estas dispuesta a dar o hacer en una relación?

Creo que es momento de dejar aun lado los estereotipos del "hombre ideal" que vemos en la ficción y debemos entender que existen tantas miles de versiones de "príncipes azules" como personas en el mundo... y es que cada uno de nosotros debe crear su propia idea de lo que busca en una pareja, partiendo del hecho de que las personas no somos perfectas, que todos tenemos virtudes y defectos... bien dicen que una persona te gusta "por", pero la amas "a pesar de". 

Si en este momento me dicen: "entonces ¿qué deberíamos elegir?¿príncipe o mendigo?" Mi respuesta sería: ¡AL QUE QUIERAS!... porque creo que debemos elegir a alguien que sea real, que nos comparta sus más grandes miedos, que nos muestre su lado sensible, que se muestre tal cual ante nosotros de la misma forma en la que nosotros estamos dispuestos a hacerlo, porque solo siendo honestos, teniendo confianza y mucha comunicación es como podemos construir una relación, porque el "happily ever after" no tiene que ser igual para todos, el verdadero final feliz es aquel que a ti te haga sentir plena y completamente feliz.